El primer ministro de Haití, Ariel Henry, no ha logrado regresar a Haití desde su viaje a Kenia, la semana pasada
El gobierno haitiano ha extendido el estado de emergencia en la capital, Puerto Príncipe, por un mes más, justo antes de que Estados Unidos pidiera una acción global para abordar la violencia de las pandillas en el país y urgió al primer ministro a una transición rápida.
El secretario de Estado de EE. UU. para Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian Nichols, afirmó que la crisis en Haití demanda una respuesta internacional similar a la aplicada en Ucrania o Gaza debido a su magnitud humanitaria. Nichols resaltó la importancia de acelerar el despliegue de una misión multinacional de apoyo a la seguridad en Haití.
La prolongación del estado de emergencia en el departamento del Oeste, que abarca Puerto Príncipe, y la continuación del toque de queda nocturno hasta el próximo lunes, reflejan la gravedad de la situación. Estas medidas, que habían caducado el miércoles, se mantienen ante el control ejercido por pandillas criminales sobre gran parte de la capital y las vías hacia el resto del país.
El primer ministro Ariel Henry, en el cargo desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021, enfrenta exigencias de dimisión mientras el país se sumerge en una crisis política y de seguridad. Aunque se esperaba su renuncia en febrero, Henry logró un acuerdo con la oposición para compartir el poder hasta que se celebren nuevas elecciones. Sin embargo, su futuro político ahora está en entredicho, en un contexto donde Haití no ha celebrado comicios desde 2016 y las pandillas mantienen una fuerte influencia.
El llamado a una transición política urgente por parte de la diplomacia estadounidense, dirigido a Henry, refleja la presión internacional sobre el primer ministro, quien se encuentra en Puerto Rico desde su intento fallido de regresar a Haití desde Kenia la semana pasada.
Las pandillas han intensificado sus ataques en Puerto Príncipe, incendiando edificios y provocando disturbios, lo que ha llevado al cierre temporal de importantes instalaciones, como el puerto de la capital. La falta de seguridad y la violencia en las calles están llevando al sistema de salud haitiano al borde del colapso, con escasez de suministros médicos esenciales y una creciente tasa de mortalidad relacionada con la violencia en áreas como Cité Soleil.
A medida que la situación se deteriora, organizaciones de derechos humanos y la ONU denuncian la inacción del gobierno haitiano y la falta de presencia policial en las calles. A pesar de los esfuerzos internacionales para desplegar una misión de seguridad en Haití, los obstáculos judiciales y financieros están retrasando la respuesta efectiva a la crisis.
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